De un sistema doméstico a la acuaponía en gran escala

A menudo, cuando se piensa en montar un sistema acuapónico doméstico, se piensa en producir vegetales y peces para consumo propio o para los amigos. Pero la posibilidad de dar el salto a la acuaponía en gran escala es totalmente posible. Esta es la historia de Murugan que nos llega desde Malasia.

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La historia de Murugan

Cuando Murugan (de 50 años) comenzó a incursionar en la acuaponía, no esperaba que su hobby se convirtiera en una empresa de tiempo completo. Tampoco esperaba que se curara de la diabetes. Ocho años antes vivía de su trabajo como operador de excavadoras.

Acuaponía a gran escala en Malasia.
Murugan (izquierda) dice que su esposa (derecha) y sus cuatro hijos se han acercado gracias a su jardín acuapónico.

El neem era una de las plantas que cultivaba. Se dice que sus hojas tienen la capacidad de reducir los niveles de azúcar en la sangre. Murugan preparaba su propia bebida de hierbas con hojas de neem que consumía diariamente y, tras adoptar un estilo de vida saludable, su diabetes desapareció.

Mientras tanto, su aventura acuapónica, que comenzó en 2014, también ha florecido. El jardín de la esquina de su casa en Skudai, Malasia, al sureste de Kuala Lumpur, está completamente equipado con un sistema acuapónico. Consiste en peceras e hileras de tubos de PVC a los que se acoplan pequeñas macetas para plantas.

Para alguien que aprendió acuaponía a través de vídeos en YouTube, este padre de cuatro hijos se ha convertido en experto en acuaponía. Hoy, es la persona a la que acuden aquellos que desean cultivar plantas utilizando esta técnica completamente orgánica y ecológica.

Incluso, también ha sido contratado por la FAMA (Autoridad Federal de Mercadeo Agrícola) para enseñar a los agricultores locales el sistema de cultivo acuapónico.

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Fácil de aprender

La lechuga, las hojas de betel, el cilantro y los chiles cultivados a través de la acuaponía tienen un alto valor de mercado en Malasia.

El jardín acuapónico de Murugan produce vegetales como sawi (repollo chino), lechuga, cilantro vietnamita, hojas de betel, chiles rojos y espinacas brasileñas. Todo se comercializa bajo su etiqueta de productos ecológicos Alora. También produce fertilizantes orgánicos para la venta.

Jardín acuapónico de Murugan en Malasia.
Lechuga, hojas de betel, cilantro y chiles acuapónicos.

«…me llevó dos años aprender con los vídeos de YouTube y otros sitios web. Ahora, puedo producir suficientes vegetales para generar un ingreso». No se dio cuenta de que su pequeño jardín acuapónico, llegaría a tener tanto éxito hasta convertirse en modelo de referencia para otros entusiastas.

Aunque la acuaponía tiene un gran potencial comercial y numerosas ventajas, no está muy extendida en Malasia, dijo.

«Puedes tener un jardín acuapónico en tu patio trasero o en la terraza para producir tus propias verduras orgánicas», agregó.

«Las verduras son nutritivas, saludables y seguras para el consumo porque no se utilizan fertilizantes químicos». Los desechos de los peces se canalizan hacia las plantas como fertilizante natural».

En las piscinas que forman parte del sistema acuapónico de su jardín, Murugan cría sepats y tilapias que son relativamente fáciles de cuidar.

Desde que incursionó en acuaponía, él y su familia se han acercado más, mientras le ayudan en el jardín. «Se han interesado por la acuapónía y a menudo me dan ideas sobre cómo mejorar el sistema para aumentar la calidad de nuestra producción», agregó.

Listos para crecer

Murugan asegura que, para que más personas puedan aprovechar este potencial, ha estado colaborando con FAMA durante dos años. La agencia ha comenzado a impartir conocimientos de granjas acuapónicas a comunidades de familias con bajos ingresos.

«Hay 50 participantes en este programa. Estoy compartiendo conocimientos y experiencia en acuaponía con ellos y enseñándoles en sus propios emprendimientos. Así, podrán generar un ingreso a partir de ello», explicó.

«Hortalizas como lechuga, hojas de betel, cilantro y chiles cultivados a través de la acuaponía tienen un alto valor de mercado». Y añadió, «…las espinacas brasileñas pueden llegar a costar 20 dólares americanos por kilogramo. Murugan, quien también comparte productos con sus vecinos, ayudó a abrir un jardín acuapónico en el Programa Nacional de Escuelas de su ciudad.

En cuanto a sus planes futuros, Murugan está iniciando una sociedad para construir un invernadero que les permita embarcarse en la acuaponía en gran escala.

«Primero, tenemos que asegurar el capital y encontrar la tierra para el invernadero. Un invernadero es bastante apropiado en acuaponía: la temperatura puede ser controlada y las plantas pueden ser protegidas contra la lluvia». Agregó que también está dispuesto a colaborar con otras agencias de gobierno para promover las granjas acuapónicas, muy especialmente con las generaciones más jóvenes.

Fuente: The Malaysian Reserve

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